viernes, 30 de noviembre de 2012

De metales y pilas.


Los metales tienen cierta tendencia a disolverse en el agua, unos más, otros menos. Si sumergimos una chapa de zinc en agua, algunos átomos de cinc perderán dos electrones (o sea, dos cargas negativas) y se convertirán en iones (zinc)++, con dos cargas positivas. Sin embargo, esos iones se quedan “pegados” al metal, porque no quieren alejarse de los electrones (cargas de distinto signo se atraen!). Pero si hay algo que se lleve los electrones, entonces si que esos iones (zinc)++ pasarán a la solución! Probemos el siguiente experimento:
Preparamos una solución de sulfato de cobre, como la mencionada en el experimento de los cristales (se puede preparar en frío y no hace falta que sea saturada). Ahora tomamos un trozo de alambre galvanizado bien limpio y lo sumergimos en la solución. Veremos que el alambre queda cubierto por una capa de cobre de color rojizo. Qué pasó?
La solución azul que usamos debe su color a los iones (cobre)++. Cuando sumergimos el alambre galvanizado (que es de hierro recubierto de cinc metálico) los electrones que deja el cinc son tomados por el (cobre)++ de la solución, las cargas negativas neutralizan a los positivos y se forma cobre metálico:
(cobre)++ + 2(electrones)- => cobre metálico
Y entonces si, los iones (cinc)++ que se habian formado pueden pasar a la solución. En resumen: un poco de cinc se disuelve y un poco de cobre se deposita.
Pero si logramos que esos electrones no pasen directamente del alambre a la solución sino que circulen por un cable externo, habremos armado una pila eléctrica.

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